16 de noviembre de 2010

Son las 3:12 y he decidido dejar de escribir numeritos que mi cabeza no es capaz de relacionar. Tengo sueño, no quiero madrugar mañana, no quiero ir al cole. Pero osados los años y la responsabilidad que nos hace cargar. Y es pues, este sacrilegio, el que hace que quedarse hasta estas horas estudiando no sea mi problema mayor. Sin lugar a dudas, mi mente agrava otros que, en los años de antaño carecían de importancia: ¡qué feo es tomar decisiones que no se desean tomar! Qué triste actuar a modo de "remedio" para no alargar el momento del fastidio, esto es, adelantarlo para que este no se agrave en el futuro. En consecuencia, notar como se enfrían los suspiros hasta intentar extinguirlos. De un momento a otro, querremos controlar, dentro de lo mental, lo emocional. ¡qué fastidio! lo más natural e ingenuo que de entre nosotros se encontraba. Pero en eso consiste, a la era glacial nos remitiremos tantas veces como cumplamos años. 


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