12 de noviembre de 2010

Sigo en mi caos, con un puñado de exámenes que no tienen hueco en el calendario. La congoja y desasosiego, DESEO, se me escapen como arena en manos. El reloj me persigue. Mi mente no tiene hueco, para pensar antes de hablar. A día de hoy, no se si mi mente rehuye el amor, o lo evito como mecanismo de autodefensa. Para mi colmo, tengo una inquilina cuya idea genial ha sido la de traer el poemario de Gerardo Diego: "Poesía amorosa". Se ha puesto a leerlos. Tuve que pararla.

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