28 de julio de 2010

Hoy me he hecho una herida de guerra. El que era mi mejor amigo, en tiempos algo remotos, produjo tal desastre en mi codo. Ya no soy tan ágil como antes y hablo como si de una vieja me tratara. No me he hecho vieja, pero como si así fuera. Debería de apaciguarme un poco en lo mental y activarme en lo corporal. Sí. Creo que mañana por la noche iré a patinar un rato y así ver a los que conformaron mi adolescencia.

27 de julio de 2010

Pues yo creo que es mejor volver a casa en verano, que por Navidad. Atiborrarte de sol y que se te quede la barriga llena de los tuyos.

25 de julio de 2010



Acabo de recibir una noticia espectacular y me ha contentado la tarde. Nisa tiene una cometa de dos mandos e iremos a pasearla cuando vuelva a la isla circular. Mientras tanto, escucho la radio VHF en el canal 12, llevando a cabo pues, un eterno espionaje portuario. Ukelele y yo esperamos una llamada para ir a la biblioteca, por culpa y causa del vituperable septiembre. A pesar de todo, el verano se presenta brillante y, mientras tanto, podremos seguir comiendo helado.


He vuelto. Vuelvo con el paladar que amiga y con gusto grato y afable. Huele a dulce, con un sonido coloreado y aspecto ameno. Los explosivos por ahí se quedaron, pues, aunque no recuerdo haberlos lanzado; no subieron abordo al terrorífico avión de regreso. He vuelto, pero no me quedo. Boba me muestro, pero no me compadezco. Creo que, por mi parte, no hay ninguna objeción. 






Bueno, sí. Me encantó escucharlo y verlo. Y también los chillidos y burradas en francés, que aquellas fanáticas belgas se atrevían a articular. Buenas noches, Carmencita.

12 de julio de 2010


Las pulsaciones se vuelven locas, ¿me explotará el riego sanguíneo?, me voy. Me voy con un macuto lleno de explosivos a Bélgica y desecharé un par de ellos por ahí y otros por Amsterdam. Nos alojaremos en casetas de campaña desde las cuales se vean fuegos artificiales y se oiga el mar. Se cerrará con cremallera mágica. Si la abres rápido aparecerás en la ciudad, si te lo tomas con calma en el campo, o quizás en el mar. Y no estoy hablando del efecto que produzca lucy in the sky with diamonds o algo por el estilo. Hablo de algo mágico de verdad. Después de todo eso, sonarán cacareos desde mi brazo 
Me duelen las yemas de los dedos índice y corazón. Corazón que se mantiene solazado y con una actitud impasible que no soy capaz de comprender. El dolor radica de las cuerdas de un ukelele que hoy intenté tocar. Ya sonará mejor "Postcards from Italy", articulaba mi mano derecha (a modo de consuelo) para rehuir la desesperación

10 de julio de 2010



Los días se convierten en tornadizos y, sin darnos cuenta, olvidamos. Volvemos a casa y parece que nos volvemos del revés. Así, el lapso desaparece y, aunque (creo que desgraciadamente) volvemos con nuevos filtros mentales, redimimos el ayer. Creo que recuperar todo esto en un momento, se convierte en una sensación grandiosamente gratificante. El aire es desmesurado y no nos cabe en el pecho, se trata de un bienestar, ¡cuán bienestar! el que hemos extraviado. ¡Ay! de un momento a otro, nada necesitamos, estamos cómodos, nos encontramos con los de siempre y nada altera nuestro estado mental. Había olvidado cuanto me gustaba dar paseos por aquella ciudad lagunera e ir de bar en bar sobrestimando nuestro "agotamiento", bebiendo cafés por doquier. Vivir el privilegio de no tener que hablar demasiado y comunicarme casi visualmente. Regocijarte con boberías que llevabas tiempo sin vivir, pues, a día de hoy, caes en la cuenta de que son particulares y que con nadie más podrás compartir. Creo que necesitaba todo esto y agradezco tenerlo.

8 de julio de 2010



Y del ego el eco de la estupidez humana, porque como tantear es fácil y clasificar difícil es, ni un resquicio de importancia dotamos a lo que complicado parece ser. ¡y puede ser! puede ser que, de tantas cosas que uno en la cabeza aguarda, locuras pueda aparentar con un par de palabras. Y es que de tantos axiomas, solo se haya podido conocer uno, el que contraria al anterior, o, por otro lado; el que reafirma la (me reitero) "estupidez humana".

4 de julio de 2010



Me voy dentro de dos horas, durante un mes, a mi casa. Todavía no he hecho la maleta. Escribo como cual prueba de sonido, para quedarme agustito y no aterrorizarme. Con el afán de que se me ocurra alguna solución espectacular y con una morriña y notalgia que no me caben en el cuerpo. Odio salir, odio despedirme, odio hacer maletas, odio irme. Quiero llevar una maleta reventada de recuerdos buenos, los cuales, poder contar a los míos. No quiero que mi abuela me mire a la cara y me diga que me ha sentado mal Las Palmas. Quiero pasar un verano brillante, pese a los hechos que se acontecerán en el abominable septiembre.

2 de julio de 2010


Ayer estuve hablando con una amiga de hace años. Éramos las típicas gemelas colegialas. Levantábamos la mano a la vez, sacábamos las mismas notas, corríamos igual de rápido e íbamos a los mismos cumpleaños. Yo hacía ballet desde cumplí la edad en que pude hacerlo. Mi planta del pie era plana y mis padres aprovecharon que mi hermana ya bailaba, para apuntarme. Como aquella era mi gemela colegiala, se acabó apuntando y, mejorando, nos ofrecieron hacer la carrera elemental de ballet. La acabamos. Ella siguió bailando, yo no. Creo que me arrepiento, puede que algún día vuelva.

1 de julio de 2010



Quiero vitalidad.Traigo un par de horas, que se exceden de lo común, en estado desentumecido. Cargo a espaldas un inventario que decrece cada minuto y a un ritmo que engorda cada vez más. Creo que no tengo más música animada que  poner para espabilarme. Veo amanecer, no estoy borracha, ahora vengo; voy a por café y cigarro y voy a contemplar esta maravilla. Me encanta, es portentoso, siempre lo será.