7 de agosto de 2010


Jorge Drexler, creo que tienes razón. Y del desenlace la nada y de la nada la nulidad. ¡Madre mía! puede que el clima de la isla circular afecte de verdad, quizás prefiera el aire tóxico, el de la refinería de Santa Cruz. Por lo menos ahí, en ese (no tan remoto) lugar, el ahogamiento sería colectivo y amigable. Creo que la ontología marínibil, que un día discurrí, se me ha escapado como la sal en manos al cocinar. Me gustaría invocarla para así tocar el claxon, como si a mi musa hubiese perdido y quisiera encontrar, chingarme e ella; hasta el amanecer. Adiós

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